Materiales ignífugos para nuestras casetas de madera

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Materiales ignífugos para nuestras casetas de madera

Cuando fabricamos nuestras casetas de madera hemos de echar mano de materiales ignífugos. Son aquellos que resisten al fuego, que no pueden incendiarse y se usan en distintos tipos de construcción. Un material ignífugo detiene las llamas ya que no llega a prenderse. Además, el material protege las estructuras que recubre.

Hay que distinguir entre dos tipos de medidas de seguridad en materia de prevención de incendios: pasivas y activas. Las medidas pasivas afectan al proyecto o a la construcción de la caseta. Estas medidas tienen como objetivo retardar y confinar la acción del fuego para que no se extienda muy rápido o se pueda contener antes de llegar a otras zonas. 

Por otro lado, las medidas activas incluyen por ejemplo detectores de humo, sistemas de alarma y extintores. Nada de lo anterior debe faltar en cualquier construcción de madera.

Como decimos, el término “ignífugo” hace referencia a la cualidad de un objeto o material para no arder en caso de incendio. Algunos elementos ignífugos tienen la capacidad de retrasar el avance de las llamas en el curso de un incendio. Dicho de otro modo, si la llama entra en contacto con el objeto, este se quema muy lentamente para que dé tiempo a sofocar el fuego. 

Casetas de madera y seguridad

Existen diferentes sistemas de detección y alarma de incendios con sensores y detectores de humo, temperatura, monóxido, llama y mezcla explosiva. Además de disponer en las casetas de madera de un sistema de detección, hemos de contar con otro de extinción. Existen rociadores automáticos, hidrantes o redes hidráulicas, sistemas de espuma y sistemas de extinción por gases.

Lo cierto es que las características innatas de la madera le permiten tener un comportamiento muy bueno en caso de incendio. La conductividad térmica (capacidad de transmitir calor) de la madera es baja. En concreto, de entre 0,09 y 0,15 Kcal/mhºC. Como consecuencia, la temperatura no se propagará rápidamente al resto de la superficie. Además, la baja conductividad de la madera permite que la estructura de la edificación se mantenga estable mucho tiempo. ¿Por qué se mantiene la estructura? Por otra propiedad de la madera: la baja dilatación térmica. Ante un fuego, las primeras capas exteriores de la madera se carbonizarán y se formará una capa que evita que el fuego penetre sus capas más interiores. Además, los gases de la combustión de la madera no son tóxicos.

Por último, se suele aplicar un barniz protector contra el fuego para retardar significativamente la combustión de la madera. Esto es lo que conocemos como tratamiento ignífugo. Este barniz retardante del fuego ofrece una muy alta resistencia a las inclemencias del tiempo. 

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